REIKI

¿QUÉ ES EL REIKI?

La palabra Reiki es el resultado de combinar los términos japoneses Rei y Ki.

Rei—Energía Universal/Espiritual

Se describe al Reiki como una vibración o energía luminosa, y se sostiene que los practicantes de Reiki la “canalizan” desde el Universo. Nuestro planeta es bombardeado con ondas y partículas vibrátiles provenientes del sol y de soles muchos más distantes, que denominamos estrellas. La energía más obvia que recibimos del sol es la luz solar. Nuestros ojos se desarrollaron en el uso de esta luz para ver y, especialmente para ver los colores. Sin embargo, no vemos la gama entera de los rayos contenidos por la luz solar, conocidos como “espectro luminoso electromagnético”. Este espectro contiene luz visible, ondas radiales, ondas cortas, microondas, rayos X, infrarrojos, ultravioletas, rayos gama y rayos cósmicos, y probablemente rayos u ondas que todavía no se han descubierto. El espectro electromagnético bombardea la Tierra día y noche.

Nuestro cerebro posee la capacidad de filtrar o de aceptar y utilizar vibraciones muy sutiles que no pueden verse ni oírse. Nuestras ondas cerebrales y de pensamiento pueden alinearse con las ondas vibracionales del espectro luminoso y por lo tanto podemos usar pensamientos/propósitos para acrecentar e impartir un tratamiento Reiki.

Ki—Energía Vital

La energía vital es conocida en muchas culturas alrededor del mundo y recibe muchos nombres. Prana en la India y el Chi (o Qi) de China, Maná aborígenes de Hawái y Polinesia y también los mayas e incas, Bioplasma en Rusia. La energía vital es la energía que sustenta la vida en una persona y los demás seres vivientes.

El Ki de Reiki proviene del aire que respiramos, del agua que bebemos y de la comida que ingerimos. Aire, agua y comida son los combustibles que el cuerpo convierte en energía. Tanto del aire como del agua obtenemos oxigeno, que las células de nuestro cuerpo y del cerebro utilizan constantemente, y de la comida provienen las calorías que crean las energías que precisamos para seguir activos.

El Reiki combina las vibraciones de las ondas luminosas (energía espiritual del universo) y la energía vital universal que le permite al cuerpo relajarse y sanarse, y a la mente que se pacifique. Aunque existen otros métodos que utilizan la energía vital, Reiki impresiona como un método que sin esfuerzo y de manera efectiva, nos permite utilizarlo con la Energía u ondas lumínicas del Universo.

EL REIKI Y LA SANACIÓN CON CRISTALES

Los cristales y las piedras poseen poderes benignos. Sus cualidades transformadoras y sanadoras fueron bien conocidas por muchas culturas antiguas y hoy en día todavía las estamos descubriendo, igual que sucede con el Reiki y con otros dones sanadores.

Estas fuerzas dinámicas del planeta sanan sin nuestra intervención y pueden ser programadas con deseos positivos y con la intención de sanar.

Cualquier gema o piedra tiene una función sanadora y una vibración energética distinta, profunda y sutil, que alcanza todos los seres vivos. La esencia vibratoria de una gema o una piedra preciosa tiene el poder de sanar antes que los síntomas se manifiesten.

Al contener múltiples facetas, los poderes de sanación de los cristales son variados y versátiles.

El color y la estructura son elementos significativos en potencia para sanar un dolor de espalda o mejorar el desarrollo psíquico. Cuando depositamos un cristal o una gema sobre una parte del cuerpo o lo sostenemos en la mano mientras enviamos el Reiki, este concentrara y amplificara nuestros deseos de sanación. Si lo ponemos en nuestro propio cuerpo, nos sanan, y refuerzan, equilibrando nuestra energía y promoviendo la positividad, de manera similar a como actúan los símbolos del Reiki.

Los descubrimientos de ciertas clases de cristales y la tecnología que estas piedras preciosas han proporcionado a la raza humana han ampliado nuestro conocimiento sobre su capacidad para enviar, transformar y absorber información. Desde las más humildes hasta las más apreciadas, las piedras siempre han despertado el interés del ser humano.

Pero además de utilizarlas como adornos en anillos, pulseras o collares, o de ser empleadas como amuletos, el poder de piedras, cristales y gemas va mucho más allá.

El rubí estimula el riego sanguíneo. El topacio combate la depresión y la ansiedad. La turquesa elimina los pensamientos negativos. La amatista actúa contra dolores de cabeza y el insomnio.

 Estas son solo algunas cualidades, y aunque no se mueven o no podamos ver sus movimientos con el ojo humano, respiran, crecen, transmiten, brillan y palpitan, entre otras cualidades. Todo lo que crece en la tierra proviene del reino mineral, y también nosotros estamos hechos de los mismos elementos que lo componen.

Por esa razón las vibraciones de los cristales actúan en nosotros y si se conocen sus propiedades, sus efectos pueden utilizarse para equilibrar, transformar y sanar nuestro cuerpo, mente, emociones y espíritu.

Por: Ara. R