La farmacopea se ocupa de
la narración a través de los tiempos y de los pueblos, de las plantas
medicinales y de las drogas, con denominación de sus orígenes de cultivo,
épocas en que se empezaron a usar como medicamentos y la evolución que
sufrieron desde los tiempos más remotos hasta la actualidad. Por lo tanto, es
indudable que el estudio de las plantas medicinales es tan antiguo como la
propia Medicina y por consiguiente, tan primitivo como el hombre mismo. Parece
ser que las plantas adquirieron capital importancia por sus propiedades
terapéuticas o tóxicas. Y, comenzadas a tomar como seres misteriosos y
benéficos, no han dejado jamás de jugar un papel importantísimo en la medicina
popular.
Egipto
Esta comprobado que desde
hace milenios los egipcios cultivaron a orillas del rio Nilo, el icino, el
lino, el cáñamo y otras hierbas. Y en sus largas expediciones traían de retorno
incienso, sándalo, álpe, ebano.etc., llegando a crear grupos de purgantes,
vermífugos, diuréticos, cosméticos para la belleza y especias y hierbas
aromáticas para la cocina.
Uno de los documentos más
antiguo conocido sobre el uso de las plantas es el papiro egipcio de Ebers,
descubierto en 1872 y que mide 20 metros de longitud. Se sabe que a los obreros
que trabajaban en la construcción de las pirámides se les daba ajo para
mantenerlos sanos. Y otros documentos muestran la importancia de las hierbas en
la cocina, en la preparación de productos para embellecer a las mujeres y para
embalsamar o momificar los cadáveres de los faraones.
Aunque las hierbas se
utilizaban para mantener la salud y tratar enfermedades, no se limito su uso al
curativo. Los poderosos egipcios, en particular, las emplearon para preparar
salsa, movidos por el deseo de disimular el sabor de los alimentos conservados
en salazón o secos, que a menudo no era muy satisfactorio. El empleo de las
hierbas para uso culinarios perduraría hasta nuestros días, en que la invención
de los frigoríficos ha supuesto un cambio radical en nuestros hábitos
alimentarios. El laurel, el ajo, el tomillo, la albahaca y la ajedrea eran las
hierbas más usadas en la cocina por los antiguos egipcios.
También las plantas se han
utilizado en cosmética desde hace miles de años. En Egipto preparaban carmín y
lápices de labios a partir de extractos vegetales y piedras y gemas.
Por lo que respecta a la
momificación de los cadáveres, la operación final consistía en envolver el
cuerpo del difunto con cintas de lino que ceñían muy estrechamente al muerto,
empapándolas de bálsamos y esencias obtenidas de varias hierbas.
Asiria y Babilonia
Por tablillas halladas en
Ninive, se sabe que en las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates, los asirios
cultivaron diversas plantas útiles como cereales, sésamo, dátiles y la vid,
además de elaborar aguas aromáticas, tinturas y ungüentos.
Hebreos
Desde los tiempos remotos los hebreos
cultivaron plantas como la mirra, el incienso y varias productoras de especias.
También son notables sus diversos cultivos: trigo, cebada, vid, olivo, lino,
algodón, manzano, naranjo y algunas leguminosas, dando asimismo normas
relativas a la recolección de las plantas.
El trigo, el vino y el
aceite formaban parte de los ritos religiosos de los hebreos, en los
sacrificios también usaban el incienso, goma resinosa aromática, mezclada
frecuentemente con otras materias, muy grata a los orientales y quizás también
destinada a funciones purifícativas de un ambiente bastante cargado de hedores
y sudores por la aglomeración de animales y personas procedentes a veces de
lejanas regiones a través de polvorientas caminatas.
Fenicia
Este pueblo dedicado al
comercio y a la navegación, traficaba con bálsamos, inciensos y mirra, perfumes
y especias. En sus bosques explotaban los célebres cedros del Líbano, y entre
sus cultivos destacaban, principalmente, la vid y el olivo.
China
El cultivo de las plantas
medicinales se practica en China desde tiempos antiquísimos y se cuenta que fue
su iniciador Sheu-ning 3000 años antes
de Jesucristo, hasta hace muy poco, el país se abastecía exclusivamente de sus
drogas.
Por lo que se refiere a la
farmacognosia antigua china, se destaca en ella la obra del emperador
Cho-Chin-Kei, llamado el ¨Hipócrates chino¨ obra en la cual consagra como
panacea la raíz de Gingseng, mencionando además las virtudes del ruibarbo,
acónito y alcanfor. En épocas más recientes aparecieron varios tratados de
hierbas y plantas medicinales, denominados Pen-tsao.
India
Por la riqueza y
exuberancia de su flora medicinal, la India ha sido denominada por algunos
autores ¨El Dorado de los medicamentos activos¨ contribuyendo a crear su propia
terapéutica.
El sándalo, la canela,
cardamomos y otras muchas especies aromáticas, constituyeron desde el principio
el más importante suministro de drogas de la India.
Del segundo periodo
bracmánico datan tres importantes obras: el Caraca, el Súsruta, y el Vagabhta.
En ellos se habla de esencias, elixires, purgantes, vomitivos, contravenenos,
zumos azucarados, tinturas, extractos acuosos, etc., así como de las virtudes
de ciertos vegetales y de otros muchos medicamentos y recetas.
Grecia
En la antigua Grecia se
conocían las plantas y el valor terapéutico o toxico de algunas de ellas,
siendo muchos los jardines o huertos en los que cultivaron determinadas
especies medicinales.
Alejandro Magno en su expedición
encontró en las islas Barein varios cultivos como algodoneros, dátiles.
Granados, tamarindos, etc., y en la India el arroz, la vid, el bambú y otras
especies más.
Cuando la medicina dejo de
ser un misterio y paso a ser de carácter sacerdotal entro bajo las atribuciones
de los filósofos. Aristóteles (384-322 antes de J.C.) estudió historia natural
y botánica. Hipócrates (460-377 a. de J.C.), llamado el ¨Padre de la Medicina¨,
reunió en su obra Corpus Hippocraticum la suma de los conocimientos médicos de
su tiempo, para cada enfermedad describe el remedio vegetal y el tratamiento
que corresponde, y aplicaba varias plantas medicinales.
Teofrasto de Erasios
(374-278 a. de J.C.) alumno predilecto de Aristóteles, fue director de la
famosa Escuela Peripatética. Una de sus muchas obras escritas existe la
¨Historia Plantarum y Causis Plantarum, en las que hace una deficiente
descripción botánica de algunas drogas.
Conocía el incienso y la
mirra y describe los procedimientos para su obtención. Da cuenta de las propiedades
vermífugas del helecho macho y cita la regaliz, altea, anís, estoraque, agallas
de Asia menor. etc. También habla del melón y de los bulbos del lirio, de las
propiedades astringentes del nenúfar, del crisantemo, y otras plantas
medicamentosas. Recomienda los zumos, las resinas, bálsamos, perfumes, advierte
de ciertos venenos sacados de las plantas, y por ultimo cita las raíces
medicinales.
Merecen destacar entre los
griegos unos técnicos llamados ¨rizótomos¨, quienes además de vender plantas
medicinales se dedicaban a su recolección dando normas y reglas sobre el uso de
aquellas, según las enfermedades.
La farmacopea griega
asimilo gran parte de la cretense y la micénica, conocedoras de la adormidera,
el sésamo, el azafrán, el aspleno, la zanahoria silvestre, el díctamo, los
líquenes, el enebro, el ricino. etc.
Roma
Los romanos dependían tanto
de las hierbas para la medicina y la cocina, que sus ejércitos las llevaban
entre sus aprovisionamientos en todas las campañas y desplazamientos.
A Roma, importadas de
África, España y de diversos pueblos orientales llegaban principalmente:
pimienta, canela, jengibre, cardamomo, mirra, goma arábiga, adormidera,
semillas de lino, de sésamo y de rábano, miel de abejas, materias colorantes y
especias. Los romanos utilizaban a menudo plantas venenosas para deshacerse de
quienes los molestaran.
Entre los médicos que más destacaron por
entonces fue Columena (Lucius Moderatum), nacido en Cádiz, unos 4 años antes de
J.C. Su famosa obra de Re rustica, de más de doce libros, recoge todo el saber
agrícola de la época. En ella cita más de 400 plantas y describe los cultivos
del azafrán, el sésamo, la menta, el cáñamo, conoció más de 60 drogas, entre
ellas el opio, té, canela, agárico, escila, etc. Paladius (Rutilus Terus Almilianus)
fue el autor de De re rustica, obra muy consultada hasta en la Edad Media.
Galeno (Claudius Galenus)
(130-200). Se considera como padre de la Farmacia por la forma como preparaba
los medicamentos. Escribió más de 200 obras, siendo las más interesantes para
las drogas- De simplicium medicamentorum temperamentis y facultatibus. De
antidotis y De compositione medicamentorum secundum locos.
La Edad Media
Durante la Edad Media la
Medicina y con ella el estudio de las plantas medicinales, experimenta un largo
periodo de calma.
Por estas fechas las obras
de Dioscórides, Columena, Plinio y Galano eran las de consulta forzosa, y se
asintió por entonces al triunfo de la ¨Medicina de los signos¨. Es decir que el
hombre creía que ciertas plantas tenían el poder de curar las afecciones del
cuerpo que se le parecían más o menos.
Así, por ejemplo, la col
verde, cuyo aspecto exterior se parece vagamente al corazón, era especialmente
indicada contra las cardiopatias.
Los Árabes
Los árabes fueron quienes,
por primera vez, separaron la medicina de la farmacia.
Entre sus principales
médicos que se ocuparon de las plantas medicinales están los siguientes:
Avicena (Ibn Sina) (978-1036). Se dice que su fama como medico, fue mayor que
la de los mismos Hipócrates y Galeno. Su más importante obra fue canon
medicinae que consistía en cinco libros.
Ibn Baithar nació en
Málaga. Puede decirse que es el más notable de los farmacognostas árabes. Con
sus descripciones botánicas y morfológicas de las drogas y plantas, se asemeja
mucho a Dioscórides. Escribió la gran obra Kitabal-Dschami al Kabú (Gran
compilación de medicamentos y alimentos simples), donde se ocupa de 1.400
drogas, siendo 200 las drogas vegetales que se citan por primera vez.
Los árabes contribuyeron
mucho a la difusión de diversas plantas medicinales en las costas del
mediterráneo, Francia, Italia y España. A ellos se debe los primeros cultivos
del azafrán, caña de azúcar, sen, arroz, algodonero, algarrobo.etc.
La Escuela de Salerno
Esta brillo
esplendorosamente desde principios del siglo XI hasta finales del siglo XIV. Publico
dos importantes obras: el Andotarium, que es un tratado de Materia Medica y el
poema titulado Flos Medicinae o Regimen Santiatis Salernitarum, en la que se
citan más de 100 plantas medicinales.
Justo es reconocer que los
mojes y más concretamente a la orden Benedictina, fundada por San Benito en el
año 528, se debe la formación y conservación durante la Edad Media de3
numerosos ¨jardines de simples¨, o sea, de plantas medicinales en las comarcas alpinas.
Gran parte de los actuales
cultivos de la Europa Central, Alemania, Austria, Suiza y Francia, como el
acónito, digital, hinojo, tanaceto, altea, menta, salvia, melisa, romero y
algunos otros son una continuación de los jardines que crearon los benedictinos,
quienes incluso impulsaron en tiempos ya más modernos la fabricación de
licores, tomando como ingredientes básicos diversos extractos de hierbas.
El Renacimiento
Durante esta época la
Botánica que hasta ahora no había sido más que un capitulo de la Materia
Médica, se transformo en ciencia independiente, adquiriendo gran desarrollo.
Al comienzo del siglo XVI,
el medico suizo Paracelso trató de aislar el alma¨, la ¨quintaesencia¨ de los
vegetales, de la que irradiaban sus virtudes terapéuticas, basando sus estudios
en la famosa ¨teoría de las afinidades¨ de las plantas y el ser humano.
Los grandes viajes que por
entonces se realizaron contribuyeron poderosamente al desarrollo de la Botánica
y con ella al de las plantas medicinales.
De los viajes de Colón,
Vasco de Gama, Magallanes, Pedro Belón, Propero Alpino, le Condomine,
Hernández, Ruiz y Pavón, José Celestino Mutis, y otros muchos más datan los
primeros hallazgos del té, cacao, tabaco, coca, quinas, jalapa,
ipecacauana.etc.
Edad Moderna
Tras el descubrimiento de
América y de las rutas de Asia, se enriqueció el mercado europeo con nuevas
drogas y plantas medicinales, cosa que obligo a conocerlas mejor, en sus
orígenes, cultivo, propiedades, etc. Con esto nació una nueva ciencia: la
Farmacognosia.
Muchos fueron los que
durante esa época se distinguieron por el estudio de las drogas, su relación
seria interminable.
El siglo XVIII, junto con
el XIX, destacaron por la aparición de las grandes compañías comerciales para
la explotación de las drogas, principalmente opio y especias.
En la Actualidad
El descubrimiento de la
morfina en el opio por el alemán Serturner, en 1811, abrió nuevos cauces a la
farmacoquímica y contribuyo al progreso de las demás ciencias.
Sucedieron al
descubrimiento de la morfina otros preparados no menos interesantes como
diversos alcaloides de las quinas, la cafeína y muchos más, como así mismo de
numerosos glucósidos como la amigdalina, descubierta por Robique en 1830 y
demostrada su naturaleza siete años después por Liebig y Wohler.
Desde comienzos del siglo
XIX se suceden y se multiplican los descubrimientos científicos.
Y ya son muchos los
investigadores del mundo entero los que se afanan en desentrañar más y más la
misteriosa composión química de las plantas, base por otra parte de muchísimos
preparados de la industria farmacéutica actual.
Por: Ara Riquelme